martes, 22 de mayo de 2012

Reloj parado [summer days]

Se ha parado el reloj
justamente en el vértice de un nuevo mes de julio
cuando aún queda tiempo de mirarse al espejo,
cuando aún quedan flores
esperando su instante de color
al borde del camino.

Por mis ojos desfila
una hilera de jueves con olor a manzana,
un batallón de páginas con las manos aún blancas,
un silencio tardío y un corazón temprano.

En mis dedos encuentro
razonables sospechas de que me quedan versos,
de que quedan palomas todavía
para llevar mis cartas
hasta el vasto terreno del perdón y del beso.

En mi piel hay indicios
de truenos y relámpagos, de lluvia y de sequía,
de mariposas verdes,
de playas dibujadas donde todo es posible.

Se ha parado el reloj entre dos sombras,
y mientras amanece
se me llena la boca de crisálidas.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

Juan, es una gran alegría “leerte” de nuevo. Parecía como si el tiempo se hubiera parado, para nosotr@s, tus asiduos lectores, o qué tú nos hubieras olvidado.

No lo hagas por favor, te quedan muchos versos que entregar, llenos de olor a manzana, limpios como el agua de lluvia, ¡qué sé yo!, belleza y música al fin y al cabo, para llenar nuestras vidas.