viernes, 18 de octubre de 2013

Ángel dulce

Ángel dulce, mi esencia de ambrosía
que endulzabas las noches más amargas,
qué largas ahora en cambio, sí, qué largas,
en vano al esperar que llegue el día.

Alimento feliz que recibía
para afrontar sin miedo tantas cargas,
ya no serás remedio, no aletargas
la dura realidad del alma mía.

Ángel dulce, bocado más sabroso,
que eras el tierno pan de mi reposo
y era miel la palabra entre tu lengua,

te has ido y te has llevado sin querer
la recompensa diaria de mi ayer
dejándome un dolor que no se amengua.

© Juan Ballester

No hay comentarios: