domingo, 16 de agosto de 2009

Para qué


Para qué decir nada,
si una palabra tuya basta para perderme
en afilados bosques de silencio,
en lagos donde el verso suena como un graznido,
en regiones a salvo de los mapas.

Para qué decir todo,
si ese todo lo tengo al alcance del sueño,
si me basta alargar la mano hacia el abismo,
si un instante contigo vale por una vida,
vale por una muerte.

Para qué decir más,
si cuanto menos digo más hermosa pareces,
si cuanto menos hablo más real te me muestras,
si cuanto más me callo
más se demora el tiempo de perderte.

Para qué decir algo
si una frase no es más que un suspiro asustado.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Tal vez porque diciendo, ahuyentamos los fantasmas?
Aunque a veces, los fantasmas se visten de ropajes bellos y nos acompañan... pero no dejan de ser fantasmas.

Uissss... ya estoy desvariando.

Gracias por tu poema, Juan.
Un beso para ti,
Leola