domingo, 27 de diciembre de 2009

Conquistas

Si yo lograra el beso que en tu boca hay dormido,
ese ósculo que espera a quien sepa soñar,
lo pondría en mis labios casi sin hacer ruido
y sentiría el mar.

Si yo encontrase forma de sentir tu caricia,
la que sestea oculta al borde de tu piel,
la pondría en mis dedos en la hora más propicia
hecha de arena y miel.

Si yo tuviera el modo de alcanzar tu mirada,
el rayo fulminante de tus ojos sin fin,
la pondría en los míos sin importarme nada
hasta darme un festín.

Si yo supiera cómo llegar hasta tu sueño,
hasta el cerrojo huidizo que hay en tu corazón,
pondría toda el alma, la sangre en el empeño
para oír su canción.

Si yo fuera capaz de merecer tu vida
y compartir tus horas y arroparme en tu luz,
pondría en cada verso, a riesgo de una herida
los clavos de mi cruz.


© Juan Ballester

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