Tu presencia es un bosque de abedules
donde el alma se siente transportada,
poniendo al despuntar la madrugada
sueños de clara tez y ojos azules.
Tu presencia me envuelve en gasa y tules
y me llena de estrellas la mirada,
vigila de que no me ocurra nada
y apacigua la sed de mis baúles.
Tu presencia es un bálsamo que cura
las heridas que el tiempo fue dejando
como un tapete gris sobre mis sienes.
Tu presencia es un ángel tierno y blando
vestido de esperanza y de hermosura
que me colma de amor y parabienes.
© Juan Ballester
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