miércoles, 23 de noviembre de 2011

Árbol desnudo


Árbol desnudo y seco que sólo hasta ayer eras
frondosa selva llena de verdor y de fresco,
magnífico ejemplar, erguido y pintoresco,
el amo de los bosques, el rey de las aceras,

hoy tus huesudas ramas marchitas han quedado
derramando en el suelo lo mejor de tu esencia.
¡Qué triste nos parece tu singular presencia,
ese tronco vacío, sin vida y esquilmado!

Volverán, desde luego, muchas más primaveras
y sentirás de nuevo deseos de grandeza,
retornarán las hojas a adornar tu cabeza,
volverás, viejo árbol, a ser lo que antes eras.

Pero ahora, desnudo, pelado y esquelético,
ausente tu belleza y olvidado tu orgullo,
nada te resta ya de aquello que fue tuyo
y eres un simple adorno con aspecto patético.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yace en su desnudez adormecida la savia de la primavera, y a través de sus ramas desnudas pasan los rayos del sol