viernes, 10 de febrero de 2012

Poema bilingüe

Te arrastro hasta el borde cortante del amanecer
donde los perros ladran el frío de mis besos.
En cada mano tengo
una razón oculta para seguir soñando,
una oscura caricia que me duele,
una herida que sangra silencio, versos, rosas.

Te contemplo en la noche
tendida y recorriendo
sutiles paraísos de fragancia,
lejanos horizontes de deseo,
recónditas regiones pobladas con tu nombre.

Te envuelvo con mis brazos
mientras mi pulso late al compás de tus labios
y mis ojos se estrellan en tu boca, hondamente.

Te siento respirar
ajena a mi desvelo, a mi llanto sin lágrimas,
ajena a la distancia breve que nos separa,
ajena a las estrellas que iluminan tu espalda.

Me acerco hasta ti
y deposito un ósculo sobre esa flor abierta,
pero te has despertado
y te has hecho un ovillo con expresión mimosa
murmurando una frase apenas inaudible.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bello y sensual poema, me llega y me llena hasta su fragancia.