viernes, 17 de febrero de 2012

Una me debes

Muerte, pécora cruel, te la has llevado,
me has quitado mi ángel, mi alimento;
un trozo de mi vida echado al viento,
un futuro de luz hecho pasado.

Muerte, alimaña avara, habrás gozado
de ese instante final, sin aspaviento,
de negro contra blanco, tu momento,
ansiosa de probar cualquier bocado.

Muerte impía, conmigo no te atreves
y eliges otras piezas para herirme
con tal de no mirarme cara a cara.

Muerte, cobarde, infame, una me debes:
ella es mi ángel aún, ella me ampara
y te ha de combatir con pulso firme.

© Juan Ballester

No hay comentarios: