domingo, 7 de septiembre de 2008

Nada puedo darte

Yo no te puedo dar más que una rosa blanca,
sólo una flor sencilla, un puñado de pétalos,
una belleza efímera, un instante de vida
para adornar la tuya.

Yo no te puedo dar sino un pájaro herido,
un canto en la mañana, un silencio de plumas,
un agitar de alas, un fuerte sobresalto
al sentir tu presencia.

Yo no te puedo dar más que un mechón de nube,
un vapor condensado que flota a la deriva,
un húmedo pasaje, unos hilos que vuelan
sobre tu piel ardiente.

Yo no te puedo dar apenas unos versos,
unos renglones llenos de pasión y locura,
unas letras que buscan, paradas en el tiempo,
con frenesí tu boca.

Yo no te puedo dar más allá de unas notas,
acordes melodiosos, fantasías, ensueños,
músicas derramadas, pentagramas sonoros
para alegrar tu oído.

Sí, nada puedo darte, excepto mis dos manos,
dos trozos de madera, dos tarugos nudosos,
dos raíces ancladas en un lejano puerto
donde nunca estuviste.

© Juan Ballester

1 comentario:

juan ballester dijo...

Escrito el 18 de mayo de 2004.