Sé bien de lo que hablo:
Nací angelito y soy un pobre diablo.
La vida nos coloca
a cada cual allí donde nos toca.
A unos les da riqueza
y otros ni levantamos la cabeza.
Unos doblan el lomo
y otros gastan doncella y mayordomo.
Unos trabajan poco
y otros tienen salud pero no coco.
Los hay gordos y flacos,
aves de airoso vuelo y pajarracos.
No sirve hacerse cruces:
Sólo prospera aquél que tiene luces.
Sé bien lo que me digo:
Fui millonario y sólo soy mendigo.
Hay que luchar, es cierto,
que al menos la ocasión te halle despierto.
Hay que esforzarse, es claro,
pues cada error has de pagarlo caro.
Conviene ser tenaz,
y honrado siempre, y dormirás en paz.
Pero no te equivoques,
la vida te torea, te hunde estoques;
en cuanto te descuidas
te intenta deslumbrar con otras vidas,
con falsos oropeles,
con moscas que envenenan tus pasteles.
Todo al final encaja:
quien ha de subir, sube; y quien no, baja.
Sé bien de lo que hablo:
Nací angelito y soy un pobre diablo.
© Juan Ballester
1 comentario:
Este poema lo escribí a ratos perdidos en el despacho entre finales de 2008 y principios de 2009, y aunque creo que no es un buen poema, tiene sin embargo cierta gracia tal vez por el peculiar ritmo que le confieren los versos pareados.
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