Me enfrento a tu mirada,
a ese toro de lidia que corre por la arena
caliente de mis versos,
a esa bestia profunda y asustada
que en silencio presiente su agonía
... y mi sopa se enfría.
Me revuelco en el barro,
en el lodo inquietante de tus ojos
que me limpia por dentro,
que me llena de estrellas, de burbujas,
de ortigas, de poesía
... y mi sopa se enfría.
Me pierdo entre cristales,
en un caleidoscopio que repite tu imagen
más allá de esta noche,
más allá de estos huesos que me cubren
de sórdida pasión y algarabía
... y mi sopa se enfría.
Me entrego a la añoranza
de una frutal caricia envenenada
mientras las sombras caen sobre mi paraíso,
sobre mi piel cansada de esperarte,
de saber que eres mía y no eres mía
... y mi sopa se enfría.
© Juan Ballester
1 comentario:
Hola Juan,
Me gusta esta poesía, transmite mucha fuerza, mucha pasión.
Supongo que participarás en el certamen de Canal Literatura, yo aún no he escrito nada para la ocasión, creo que no tengo muchas posibilidades contra poetas de verdad, como tú.
Un abrazo
Felisa
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