miércoles, 16 de marzo de 2011

Detrás de los cristales

Detrás de los cristales
hay un viento apacible que susurra tu nombre,
que lleva tu recuerdo y el sabor de tu boca,
que convierte en caricia
cada instante robado a la memoria.

Detrás de los cristales
la ciudad se asemeja a una jauría
que busca inútilmente algún indicio
de tu piel y tus labios y tu vientre y tus ojos
y de los besos dulces que me diste
en la lluviosa tarde de este octubre distinto.

Detrás de los cristales
los versos que no he escrito se aparecen de pronto
cubriendo de metáforas
las blanquecinas hojas donde el amor renace,
donde el futuro existe.

Detrás de los cristales,
tu corazón y el mío entrelazados.

© Juan Ballester

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