Pavos reales

He estado en el jardín de los pavos reales
donde las plumas tienen el olor de lo hueco,
colores imposibles que destiñen las almas
y formas caprichosas que barren las veredas.

He visto sus contornos, he escuchado sus cantos
idénticos, calcados, campanudos y efímeros,
los he visto observarse con sus falsas sonrisas,
con su piel de cordero y sus fauces de lobo.

Los he visto arrastrar su vanidad, su orgullo,
su deslumbrante ego, su belleza enfermiza,
monologando juntos pero nunca revueltos,
soñando con ser águilas, reyes de las alturas.

He estado en el jardín de los pavos reales,
allí donde el silencio se profana con letras,
he estado y los he visto, flores de un solo día,
poetas de la nada, sombras de carne y verso.

© Juan Ballester