miércoles, 19 de octubre de 2011

Cuerpo a cuerpo

Hoy me atrevo a adentrarme en lugares recónditos
donde sólo unas manos y unos ojos acampan,
donde la carne tiembla, donde el alma reposa,
donde todo es arena, y flores, y hormigueros.

Hoy me atrevo a posar la mente en esos valles,
en esas cumbres, en esos acantilados
donde rompen las olas de mis sueños marchitos
y los versos se quiebran al compás del silencio.

Hoy me atrevo a pensar, a imaginar un tacto
de seda y fuego, de calambres y de espuma,
una piel que palpita, un refugio caliente,
un hogar placentero apenas entrevisto.

Hoy me atrevo a decir la suavidad y el dulce
aroma de unos pechos, éxtasis puntiagudos,
de una espalda cubierta de no sé qué misterio,
de un cuello en donde el áspid sensualmente se enrosca.

Hoy me atrevo, me expongo a cantar cuerpo a cuerpo
ese pan recién hecho que alimenta mi fiera,
y entre tantos suspiros hay una pena oculta
que sale de la noche de la mujer prohibida.

© Juan Ballester

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