domingo, 22 de enero de 2012

Noche infinita

Noche infinita cae sobre mi entraña,
sin estrellas, sin luz, sin compañía;
noche que me envenena la alegría,
que del sueño feliz me desengaña.

Resistir el silencio es una hazaña,
contar cada segundo, una agonía;
plantarle cara al miedo no podría
envuelto en esta piel de telaraña.

Pasan las horas negras y no duermo,
me revuelvo en mi lecho sudoroso,
la garganta reseca me molesta.

Toco mi frente: debo estar enfermo.
Oigo un reloj lejano, y sin reposo
grito tu nombre al viento y no hay respuesta.

© Juan Ballester

2 comentarios:

Charo Reyes dijo...

Siempre es un placer leerte.
Ah, por cierto, la nueva imagen del blog me parece un acierto.

Anónimo dijo...

Nónima...
Yo, sim embargo, prefiero las gotas de color, como las gotas de esperanza y alegría.