sábado, 12 de septiembre de 2009

Motivos para seguir ladrando

Esta noche, parece
que todos los caminos conducen a tu rostro,
mientras voy recorriendo
las calles ya vacías de esta ciudad extraña
donde nunca has estado,
donde nunca ha brillado tu sonrisa,
donde jamás tu boca ha puesto en los balcones
sus nidos de palabras.

Y sin embargo, ahora
al pensarte, al hablar, al pronunciar tu nombre
las aceras se llenan de burbujas,
los semáforos bailan,
los árboles quisieran ser estrellas fugaces
y los escaparates
se han llenado de pronto de pétalos de rosa.

Esta noche quisiera
abrazarme al silencio, borracho de tu ausencia,
convertirme en campana, disfrazarme de viento,
escribirte un poema en cada papelera,
quedarme entre las nubes fugaces del recuerdo.
Esta noche valdría
con una brizna tuya pulverizando el aire
de esta ciudad lejana
donde los puentes buscan un indicio
de tus ojos, tus labios, de tu piel, de tus manos,
de tu sombra que llena cada instante
de mi felicidad.

Esta noche, los perros
tendrán doble motivo para seguir ladrando.

© Juan Ballester

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu ficha policial me ha dejado asombrada.
Me sigue gustando tu poesía. ¿A quién amas ahora Juan?, ¿a quién esperas?

Sigo esperando tu mensaje.

simil.disimiles@gmail.com