lunes, 15 de agosto de 2011

Mujer en la playa

Mientras el sol te baña,
mientras sus rayos ponen en tu piel
trozos de luz, fragmentos de estrellas encendidas,
yo te contemplo a solas.

Te contemplo radiante como un beso,
hermosa como el sueño de los cisnes,
deslumbrante y sirena
como el eco que queda al rebuscar
en el fondo sin fondo de un mañana.

Mientras el aire roza tu silueta perfecta
y silba la belleza de tu alma
dejando que las horas
sobre ti depositen los versos más sonoros,
yo te contemplo, atónito.

Te contemplo hecha reina con la sed de abrazarte,
hecha espuma, gaviota, velero, nube, piedra,
te contemplo caliente
con el mudo deseo de nadar en tus aguas,
de bañarme en tu claro silencio.

Mientras la arena juega por tu espalda
y se adhiere a tus muslos, a tus pies, a tu rostro,
yo te contemplo, inmensa.

Te contemplo rotunda como si fueras cráter,
igual que una promesa
salida de la boca de los enamorados,
te contemplo desnuda
como lo está en los labios la verdad.

Mientras mi mano quiere
ser la marea negra de tu playa.

© Juan Ballester

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