viernes, 7 de octubre de 2011

Poema para hablar por teléfono

Descolgar el teléfono, marcar las nueve cifras,
escuchar los zumbidos que a lo lejos resuenan
como si fueran látigos, relámpagos, latidos
fieras que se revuelven inquietas en sus jaulas.

Esperar el chasquido, la puerta que se abre
dando paso al instante a tu voz de amapola,
convertir los sonidos en sonora cascada
y la mañana en ámbar, y la ciudad en versos.

Recibir tus palabras como suaves caricias,
como peces calientes flotando por el aire,
envolverme en el manto liviano de tu risa,
en la red de tu aliento, en el mar de tu lengua.

Hablar contigo así, salvando la distancia,
escalando los muros del frío y el silencio,
mientras febrero deja marchito el calendario
y el amor nos recuerda que es un potro sin freno.

© Juan Ballester

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